La fiesta que sigue a la vendimia
Texto: Joaquín González Herrero
Fotografía: Juan José Alonso Gallego
El Invierno de las Viñas
Tras de la vendimia, desnudas de sus racimos, languidecen las viñas en los cortos días de Noviembre. Anunciada por las campanas de la noche de difuntos, reciben los barbechos la visita de la sementera. Y los ásperos pegujales, donde asoma el cárdeno guijarro, esperarán la ansiada primavera.
Solo se acercaran a los majuelos los rebaños de merinas, que carean los pastos entre los trujillanos y el mastín. . Sin ropaje, los ayer orgullosos pámpanos hoy son los brazos descarnados; la sarmentosa figura sobre el sílice y el guijo.
Así esperarán la poda, cuando retornen las cigüeñas, oculto el secreto de la vid en la leñosa figura de sus cepas. Al contemplarlas desde lo alto, parecieran un ejército en formación, mas del invierno vencido. Y pensé: ¡Qué solas se quedan las viñas!
Entre tanto, los racimos de la última vendimia ya son vino que dormita en las barricas. En el silencio de la bodega espera a entregarse en las botellas. Y en la copa escanciará, lágrima a lágrima, la esencia de esta hermosa tierra: el solar de Martín Muñoz de las Posadas.
Lágrimas de Pagos de las Posadas